Promediaban los años 70, el fútbol del Interior no afiliado directamente a la AFA amenizaba los antiguos torneos Nacionales con alguna que otra victoria sorprendente, pero parecía lejos de asomarse a los momentos decisivos de aquellos torneos que completaban las temporadas anuales. Hasta que uno de ellos decidió subir un par de peldaños más y plantearle pelea de verdad a los poderosos de Buenos Aires y alrededores. Era Talleres, el primero en ganarse un lugar en las marquesinas cuando llegaba la hora de la verdad.